A una semana exacta del incendio perpetrado en la Escuela Municipal de Cerro Negro -y mientras la comunidad aún se cuestionaba cuál es el móvil que gatilla estos actos delictuales- nuevamente se registró un hecho de similares características, en el sector norte de Tirúa.
Esta vez, fue la Escuela Ana Molina de Tranaquepe la que resultó calcinada en su totalidad, afectando una infraestructura que bordeaba los 1.400 metros cuadrados, incluyendo la destrucción de aulas destinadas a enseñanza básica, además de espacios destinados a biblioteca, cocina, administración, inspectoría, taller intercultural, comedor y sala de profesores, entre otros.
El incendio que habría alertado en la madrugada del miércoles, a bomberos de Tirúa, Quidico y Cañete se produjo en horas sucesivas a un fuerte tiroteo producido en las inmediaciones de la Escuela siniestrada, situación que mantiene a la población de Tranaquepe en un estado de shock, al sentirse al desamparo en materia de seguridad vecinal.
«GOLPE A LA EDUCACIÓN PÚBLICA»
Durante la mañana de ayer, el alcalde de Tirúa junto a un equipo de funcionarios/as municipales, sostuvo una reunión ampliada con los microcentros educativos de la Escuela de Tranaquepe, así como con los profesores y paradocentes, para fijar «una hoja de ruta», en miras a la reconstrucción de la Escuela siniestrada.
En la misma línea el jefe comunal, manifestó que espera que se establezca una investigación acuciosa por parte de la fiscalía, ante un hecho deleznable que vuelve a reiterarse en un sector rural de Tirúa, manifestando que «asoma contradictorio que habiendo presencia policial en la comuna, nadie vea nada, cuando estos hechos se suscitan».
«Si pretenden con este tipo de acciones, debilitar a la comuna de Tirúa y cercenar el derecho a la educación pública de las y niños que fueron nuevamente afectados, se equivocan, porque no lo van a lograr», concluyó la autoridad comunal.
El desafío para el municipio, es que un proyecto de escuela modular pueda ser instalado de aquí a marzo del 2021, con la finalidad de que los 153 niños y niñas que albergaba la Escuela Ana Molina, no vean truncada la posibilidad de continuar sus estudios.
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